Desde el mismo momento que un sacerdote del siglo III antes de cristo llamado Manetón, escribió la primera historia de Egipto al modo occidental, el periodo faraónico, desde el 3000 antes de cristo hasta el 332 antes de cristo, se ha dividido en varios periodos conocidos como «dinastías».

el periodo dinástico ha comenzado a entenderse no solo en términos de la tradicional secuencia de reyes y familias reinantes concretos, sino también en términos de factores como puede ser los tipos de pastas utilizados en la cerámica o la decoración pintada de los ataúdes de madera.

La cronología del Antiguo Egipto compilada por los egiptólogos contemporáneos combinan tres sistemas diferentes: El sistema dinástico de datación relativa, como las estratificaciones de las excavaciones. Desde finales del siglo XX a medida que la arqueología ha desarrollado una percepción mas sutil de los modos en que cambiaban con el tiempo los materiales y diseños de los distintos objetos egipcios, sobre todos las cerámicas, ha sido posible aplicar formas de seriación a muchos tipos diferentes de objetos. La seriación es la técnica que permite ordenar los conjuntos artefactuales en una sucesión que luego se aplica para determinar su ordenación temporal. Deben ser objetos de la misma tradición cultural, de la misma función, y la serie obtenida tendrá un valor cronológico relativo que debe ser contrastado con la estratigrafía o las dataciones absolutas.

En segundo lugar están las llamadas cronologías absolutas, basados en registros de calendarios y astronómicos obtenidos de los textos antiguos.

En tercer lugar tenemos los métodos radio carbónicos, de los cuales los sistemas mas utilizados son la datación por carbono 14 y la termoluminiscencia, por medio de los cuales se pueden asignar fechas a tipos concretos de objetos o restos orgánicos en términos de medidas de descomposición o acumulación radioactiva.

La relación entre los sistemas cronológicos calendáricos y radiométricos ha sido relativamente ambivalente a lo largo de los años. Desde finales de la década de 1940, cuando una serie de objetos egipcios fueron utilizados como punto de referencia para calcular la fiabilidad de una técnica recién inventada de fechado por radiocarbono, se ha generado un consenso que considera que a grandes rasgos, los dos sistemas coinciden. No obstante, el principal problema es que el sistema de datación calendárico tradicional, cualquiera que sean sus fallos, prácticamente siempre posee un margen de error mas pequeño que las fechas de radiocarbono. Para convertir fechas de radiocarbono en fechas reales de calendario, aquellas han de ser calibradas utilizando una curva dendrocronológica, de anillo de crecimiento de los arboles. Las fechas de radiocarbono pueden ser convertidas en fechas de calendario estimadas.

Solo un pequeño numero de objetos de finales del Periodo Predinástico se puede utilizar como fuentes históricas que documenta la transición hacia un estado plenamente unificado. Se trata de las estelas funerarias, que es la denominación de un monumento, usualmente monolítico con inscripciones, en forma de lápida, pedestal o cipo, que se erige sobre el suelo y puede tener una función conmemorativa, funeraria, religiosa, mágico-curativa o geográfica. o paletas votivas, es decir, se ofrece como voto o promesa, o que tiene relación con él. las cabezas de ceremoniales y las pequeñas etiquetas, así sea de madera, marfil o hueso, que en origen se ataron a objetos de ajuar funerario de la elite.

Si el propósito de este arte mueble de finales del cuarto milenio y comienzos del tercer era etiquetar, conmemorar, y fechar, entonces su decoración ha de ser consideradas en términos del deseo de comunicar el contexto del objeto atendiendo al acontecimiento y al ritual.

Así por ejemplo , la cabeza de maza Narmér, que formaba parte de un grupo de objetos votivos, de finales del predinástico y comienzo de la época faraónica, entre los cuales se encontraba la paleta Narmér y la cabeza de maza del rey escorpión. El análisis de las escenas y contextos de estos objetos se ve dificultado por nuestra moderna necesidad de distinguir entre acontecimiento y ritual. Sin embargo los antiguos egipcios, mostraron escaza inclinación por distinguir de forma consistente entre ambos y, de hecho se puede decir, que la ideología egipcia durante el periodo faraónico, sobre todo por cuanto está relacionado con la realeza, dependía del mantenimiento de un cierto grado de confusión entre los acontecimientos reales, y los actos púramentes rituales o mágicos.

Una de las fuentes históricas mas importantes para el comienzo del periodo dinástico temprano, es decir, desde el 3000 al 2686 antes de cristo, del Reino Antiguo, del 2686 al 2125 antes de cristo es la Piedra de Palermo, parte de una estela de basalto de la V dinastía. es decir 2400 años antes de cristo. inscripta por ambos lados con unos anales reales que se remontan hasta los míticos gobernantes prehistóricos. La estela original debió tener unos 2.1 metros de altura y 0.6 metros de anchura, pero en la actualidad la mayor parte está perdida y no se conserva información sobre su lugar de origen. Este objeto junto a los diarios, anales y listas reales inscriptas en las paredes de los templos y los papiros conservados en los archivos templarios y palaciegos fue sin duda el tipo de documento que consultó Manetón cuando estaba compilando su historia Aegyptiaca.

La Piedra de Palermo es el mayor fragmento de una losa de piedra negra que tiene grabados en jeroglífico un conjunto de acontecimientos desde los últimos años del predinástico hasta la dinastía quinta de Egipto, tales como ceremonias, censos de ganado, nivel anual de la crecida del Nilo, y el nombre de los reyes y faraones. Debe su nombre a la ciudad de Palermo, Italia, donde fue inicialmente expuesta, siendo ahora mostrada en el Museo Arqueológico de Roma. Enumera los anales de los reyes del bajo Egipto, comenzando por los muchos miles de años que se pensaba que había reinado los soberanos mitológicos, hasta llegar a la época del rey Horus, que se dice que entregó el trono al rey humano Menes. Seguidamente se enumeran los soberanos humanos hasta la V dinastía. El texto esta dividido en una serie de líneas verticales, que se curvan en su extremo superior, aparentemente para imitar el jeroglífico que significa, año de reinado, rempet, indicando de este modo los acontecimientos memorables de cada uno de los años de reinado de cada rey. La situación se vuelve ligueramente confusa por el hecho de que las fechas citadas en la piedra de Palermo, parece referirse a una serie de censos bianuales de ganado, Hesbet, en vez de los años que el soberano reinó, por lo tanto el numero de años de las fechas puede muy bien tener que multiplicarse por dos para obtener el número real de años reinados.

Los tipos de acontecimientos que se recogen en la Piedra de Palermo son las ceremonias de culto, el pago de impuestos, la realización de esculturas, la construcción de edificios y las guerras.

Bueno espero les haya gustado la nota… nos vemos luego.

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