Según la revisión de Kaiser, (no hemos hablado de Kaiser hasta ahora pero su nombre fue Werner Kaiser, un egiptólogo Alemán y sus trabajos sobre la cronología relativa del Alto Egipto son una importante referencia en los círculos científicos) sobre los datos secuenciales de Petrie, la fase Nagada III (del 3200 al 3000 antes de Cristo) es la última del período predinástico. Fue durante esta etapa cuando Egipto se unificó por primera vez en un gran estado territorial y también cuando se produjo la consolidación política que sentó las bases del Estado del Dinástico Temprano de la I y la II Dinastías. En la parte final de esta fase hay pruebas de la existencia de reyes que precedieron a los de la I Dinastía, lo que se conoce como Dinastía 0, Fueron enterrados en Abydos, cerca del cementerio real de la I Dinastía.
formación y unificación del estado

A partir de la fase Nagada II, en los cementerios del Alto Egipto se encuentran enterramientos muy diferenciados (pero no así en el Bajo Egipto). En estos cementerios, las inhumaciones de la elite albergan grandes cantidades de bienes funerarios, en ocasiones de materiales exóticos como el oro y el lapislázuli, (que es una gema de un característico color azul ultramar, muy apreciada en Joyería desde ya estos tiempos antiguos). Estas tumbas son el símbolo de una sociedad cada vez más jerarquizada, que probablemente represente los primeros procesos de competencia y engrandecimiento de las entidades políticas del Alto Egipto, Según fueron desarrollándose la interacción económica y el comercio a larga distancia. Parece probable que las más grandes ciudades predinásticas del Alto Egipto se fueran convirtiendo en centros de producción artesanal, como la ciudad sur de Nagada documentada por Petrie, durante la época Nagada II se produjo un movimiento gradual hacia el norte de gente del Alto Egipto.

Los principales yacimientos del Alto Egipto se encuentran situados cerca del desierto Oriental, del cual se obtiene oro y diversos tipos de piedras para fabricar cuentas, recipientes y otros bienes manufacturados, por lo cual era mucho más ricos en recursos que los del Bajo Egipto: El nombre antiguo de Nagada es Nubt «ciudad de oro» y no es casualidad que el mayor de los cementerios predinásticos se encontrare situado allí.

Según fue incrementándose el éxito con el que se practicaba la agricultura del cereal en la llanura inundable del Alto Egipto, los excedentes aumentaron y pudieron ser intercambiados por bienes manufacturados, cuya producción se fue haciendo cada vez más especializada. Es posible que los primeros meridionales en dirigirse al norte fueran mercaderes.
No hay pruebas que demuestren el traslado de personas hacia el norte (al contrario de lo que sucede para los objetos) pero si semejante migración tubo lugar, parece mas probable que fuera una expansión pacífica y no una invasión militar, al menos en sus primeras etapas.
El desarrollo de las técnicas de construcción de barcos de gran tamaño también fue clave para controlar el Nilo y con el la comunicaciones y el intercambio comercial a gran escala. La madera (cedro) para la construcción de este tipo de barcos no crecía en Egipto, pero llegaba de la zona del Líbano.
A finales de la fase Nagada II , 3200 antes de Cristo o principios de Nagada III, la cultura material autóctona del Bajo Egipto ya había desaparecido, siendo reemplazada por objetos (sobre todo cerámicas) derivadas del Alto Egipto y de la cultura Nagada. En ocasiones estas pruebas arqueológicas se han interpretado como un indicio de que la unificación política de Egipto tuvo lugar en esta época, dado que las pruebas procedentes de los enterramientos de la elite de los tres principales centros predinásticos del Alto Egipto (Nagada, Abydos y Hieracómpolis) sugieren la existencia de centros o unidades políticas diferenciados, y posiblemente competidores, durante la fase Nagada II, la primera unificación de las primeras entidades políticas del Alto Egipto probablemente tuviera lugar a comienzos del Nagada III bien como resultado de una serie de alianzas o mediante la guerra, quizas terciando una combinación de ambas, seguida por la unificación política tanto del norte como del sur y la aparición de la dinastía 0 hacia finales del Nagada III.
Los enterramientos de cronología Nagada II en el mayor de los cementerios predinásticos, el de Nagada, incluido la necrópolis de la elite, el cementerio T, son mas pobres que los enterramientos anteriores de cronología Nagada II de este mismo yacimiento. A finales del siglo XIX se excavaron dos grandes tumbas de ladrillo con nichos situados a mas de seis kilometros al sur de estos cementerios. El emplazamiento de esta nueva necrópolis y la repentina aparición a finales de Nagada III de un nuevo tipo de enterramiento Real, sugiere una ruptura con el sistema de gobierno centrado en la ciudad sur, localizada a solo 150 metros hacia el noreste del gran cementerio predinástico, probablemente coincidiendo con la incorporación de la entidad política de Nagada a una más grande.
En cambio, las tumbas de los cementerios U y B y del cementerio real, pasaron a contar con enterramientos bastante indiferenciados, a comienzos de Nagada a convertirse primero en el cementerio de la elite, a finales del Nagada II y después en el lugar de enterramiento de los reyes de la Dinastía 0 y de la I Dinastía. Una tumba de Nagada III fechada en el 3200 antes de Cristo consiste en doce habitaciones que cubren una superficie de 66,4 metros cuadrados. Aunque saqueada, contenía muchos objetos de hueso y marfil, una gran cantidad de cerámica egipcia y unas 400 jarras importadas desde palestina, que posiblemente contuvieron vino. las 120 pequeñas etiquetas encontradas en la tumba están inscritas con lo que parecen ser los primeros jeroglíficos conocidos, según un excavador, Dreyer, los restos de un altar de madera en la cámara funeraria y el modelo en marfil de un centro demuestran que se trata de la tumba de un soberano, posiblemente el Rey Escorpión.

Las excavaciones en Hieracómpolis, a 2,5 kilómetros en el interior del Gran Wadis, permitieron descubrir varias tumbas de gran tamaño, si bien saqueadas, la tumba 11 todavía conservaba cuentas de cornalina, granate, turquesa, fayenza, oro y plata; fragmentos de

objetos de lapislázuli y marfil; hojas de obsidiana y cristal, y una cama de madera con patas en forma de patas de toro. Un enterramiento de semejante riqueza sugiere que en Hieracómpolis se enterraron individuos de la elite dotados de una capacidad económica considerable, pero que todavía no alcanzaba la categoría que tenían los soberanos de Abydos. Abydos fue el principal centro del culto al rey difunto, y Hieracómpolis siguió siendo un importante centro de culto asociado al dios Horus, símbolo del rey vivo. Es posible que la entidad política de Nagada resultara derrotada en una postrera lucha predinástica por el poder acontecida en el Alto Egipto, al tiempo que los soberanos cuya base de poder se encontraba originalmente en Abydos terminaron por conseguir el control de todo el país, quizás aliados o grupos de elite menos poderosos, los llamados «seguidores de Horus» de Hieracómpolis.

La unificación final del Alto y el Bajo Egipto puede haberse conseguido mediante una o varias conquistas militares del norte; pero no existen muchas pruebas de ello, a finales del predinástico (nagada III / Dinastía 0) la paleta del campo de batalla y la Paleta del Toro, estos objetos son de procedencia desconocida y las fragmentadas escenas simbolizan conflicto, pero sin especificar acontecimientos históricos reales. Afortunadamente, en Hieracómpolis se encontraron tres importantes objetos con escenas talladas que son relevantes para este período. la Cabeza de Maza del Rey Escorpión y la paleta, y la cabeza de Maza del rey Narmer. estos tres objetos ceremoniales fueron hallados cuando excavaron el templo de Horus en Hieracómpolis. Si bien considerar que las escenas de la Paleta de Narmer representa la unificación del Alto y el Bajo Egipto es una interpretación demasiado determinante, en ellas vemos a enemigos muertos y pueblos y/o asentamientos derrotados. Las escenas y signos de la Cabeza de Maza Narmer muestran cautivos y botínes de guerra, mientras que la Cabeza de Maza del Rey Escorpión también contienen enemigos derrotados. Semejantes escenas sugieren que la guerra tuvo algo que ver en algún momento de la forja del primer Estado de Egipto. La guerra sigue habiendo podido ser el instrumento de consolidación de este primer Estado y de su expansión hacia la Baja Nubia y el sur de Palestina, que tuvo lugar a comienzos de la I Dinastía.

Desde que Petrie lo sugiere se ha repetido con frecuencia que la civilización egipcia de la I dinastía apareció de forma repentina y, por lo tanto, fue introducida por una «Raza» extranjera. No obstante, desde la década de 1970 las excavaciones en Abydos y Hieracómpolis han demostrado claramente las raíces indígenas que tiene en el Alto Egipto la primera civilización egipcia. Si bien existen pruebas de un evidente contacto externo durante el cuarto milenio antes de Cristo, éste no tuvo forma de invasión militar.
Los egipcios no sólo crearon campamentos y estaciones de paso en el norte del Sinaí, sino que las pruebas cerámicas sugieren que hicieron lo propio en el sur de Palestina, con una red muy organizada de asentamientos donde residía población egipcia.
Han aparecido en algunas tumbas de elite de las fases Nagada II y III cilindro-sellos tanto importados como egipcios, un tipo de objeto indudablemente inventado en Mesopotamia. Por primera vez se encuentran en tumbas predinásticas del Alto Egipto cuentas y pequeños objetos de lapislázuli, que sólo pueden proceder de Afganistán. Motivos mesopotámicos aparecen también en el Alto Egipto y la Baja Nubia, motivos típicamente mesopotámicos como la fachada de palacio con nichos y barcos de proa elevada, aparecen también en objetos y en el arte de Nagada II y III. El estilo de estos motivos, que es mas característico del arte glíptico, cuyo arte es la habilidad o arte del tallado o grabado sobre piedras preciosas o finas, asfaltos y metales, de Susa, es decir, sudeste de Irán y el hecho de que estos tipos de objetos no aparezcan en el bajo Egipto, ha permitido considerar la existencia de una ruta meridional de contacto entre Susa y el Alto Egipto cuya naturaleza se desconoce hasta el momento.

En la Baja Nubia se conocen innumerables enterramientos de la cultura del Grupo A (aproximadamente contemporánea de la cultura Nagada) que contienen muchos bienes manufacturados nagadienses. La cerámica del Grupo A es muy diferente de la de Nagada y es probable que los productos egipcios se obtuvieran mediante mercadeo o intercambio. Materias primas de lujo, como el marfil, el ébano, el incienso y pieles de animales exóticos, todas ellas muy deseadas en Egipto en la época dinástica, procedían en gran parte del sur de África y llegaban tras atravesar Nubia. Esto hizo que algunos jefes del Grupo A se beneficiaran económicamente del comercio con las materias primas, pero es poco probable que en Nubia se diera el tipo de complejidad sociopolítica atestiguada en el Alto Egipto por estas fechas.

La llanura inundable del Nilo es mucho mas estrecha en la Baja Nubia que en el Alto Egipto, por lo que aquella sencillamente no poseía el potencial agrícola necesario para mantener grandes concentraciones de población y especialistas a tiempo completo. como artesanos y administradores del gobierno. El hecho de que la cultura material de Nagada aparezca después en el Bajo Egipto sin elementos nubios, también parece ir en contra de un origen nubio para el estado egipcio unificado.
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