
La palabra samurái (侍) o samuray generalmente se utiliza para designar una gran variedad de guerreros del antiguo Japón, aunque su verdadero significado es el de una élite militar que gobernó el país durante cientos de años.
Históricamente la imagen de un samurái estuvo más relacionada con la de un arquero a caballo que con la de un espadachín y no fue sino hasta que reinó una relativa paz que la espada adquirió la importancia con la que se la relaciona actualmente; la fantasía y la realidad de los samuráis se ha entremezclado e idealizado y sus historias han servido de base tanto de novelas como de películas e historietas.
Aunque no existe certeza del origen exacto de la palabra samurai (侍), la mayoría de los historiadores concuerdan en que tiene su origen en una variación del verbo, en japonés antiguo , saburau que significa «servir», por lo que el término derivado saburai se convierte en «aquellos que sirven»

Los términos bushi (武士) y samurai (侍) han sido utilizados como sinónimos, pero la diferencia radica en que la palabra bushi significa sencillamente «guerrero». sin importar la posición o jerarquía, mientras que la palabra samurái se refiere a los miembros de una élite militar.
Bueno lo que en realidad les quería comentar. es sobre la lealtad del Samurai, el bushidō (武士道) es un término traducido como «el camino del guerrero» El nombre dado no es «el código» o «la ley» del guerrero, sino mejor, «el Camino». un conjunto de principios. que preparan a un hombre o a una mujer para pelear sin perder su humanidad, y para dirigir y comandar sin perder el contacto con los valores básicos. Es una descripción de una forma de vida, y una prescripción para hacer un hombre-guerrero noble Es un código ético estricto y particular al que muchos samurais (o bushi) entregaban sus vidas, que exigía lealtad y honor hasta la muerte. Si un samurái fallaba en mantener su honor, podía recobrarlo practicando el Harakiri ( que es un suicidio que era un ritual). Se dice que desde pequeño, el bushidō era inculcado a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de despegarse del pecho de la madre.

El harakiri, «corte del vientre» es el ritual de suicidio japonés por desentrañamiento. formaba parte del bushidō, el código ético de los samuráis, y se realizaba de forma voluntaria para morir con honor en lugar de caer en manos del enemigo y ser torturado, o bien como una forma de pena capital para aquellos que habían cometido serias ofensas o se habían deshonrado.
La ceremonia del Harakiri es parte de un ritual más elaborado que se realiza generalmente delante de espectadores clavándose un arma corta en el abdomen, tradicionalmente un tantō, y realizando un corte de izquierda a derecha.
Se llevaba a cabo por honor, u obligatorio, por mandato de un señor feudal o tribunal en caso de que un samurái cometiera un delito de asesinato, robo, corrupción, etc. Lo normal era que se efectuase el Harakiri a su debido tiempo, ya que la familia de un ejecutado heredaba su deshonor y era despojada del patrimonio a su cargo, lo que significaba perder la pertenencia a la casta samurái y prácticamente morir de hambre en muchos casos.

El ritual completo consistía en clavarse el tantō por el lado izquierdo con el filo hacia la derecha, cortar hacia la derecha firmemente y volver al centro para terminar con un corte vertical hasta casi el esternón. Pero, naturalmente, esto resultaba demasiado doloroso y al mismo tiempo desagradable para el público. Fácilmente podía resultar en la salida de parte del paquete intestinal que se desparramaría por el suelo. Además, el samurái no moría al instante, sino que sufría una agonía de varias horas. Puesto que ni el practicante de Harakiri quería sufrir tanto, ni al público le apetecía contemplar ese macabro espectáculo, se ponía a disposición del practicante un ayudante en el suicidio, kaishaku en japonés. Este kaishaku era a menudo seleccionado para tal fin por el propio condenado. Numerosas veces era un amigo o un familiar. Su misión era permanecer de pie al lado del practicante y decapitarlo en el momento apropiado. Ese momento solía ser establecido de antemano a voluntad del suicida. Lo más habitual era acordar una señal que tendría que dar el que se disponía a morir, tras la cual el ayudante actuaba con rapidez mortal.
Las mujeres nobles podían enfrentarse al suicidio por multitud de causas: para no caer en manos del enemigo, para seguir en la muerte a su marido o señor, al recibir la orden de suicidarse, etc. Técnicamente, el suicidio de una mujer no se considera harakiri sino «suicidio» a secas, o jisatsu en el jigai se practicaba un corte en el cuello, seccionándose la arteria carótida con una daga con hoja de doble filo llamada kaiken. Previamente, la mujer debía atarse con una cuerda los tobillos, muslos o rodillas, para no padecer la deshonra de morir con las piernas abiertas al caer.
La inspiracion a esta nota viene por una cancion de Djavan – Samurai.. que dice …
«cuanto querer cave en mi corazón , quise luchar contra el mas puro amor.. caí a los pies del vencedor para ser el servidor de un samurái , dicen que el amor atrae»